La herencia de los Wilson
Tuve la suerte de conocer a Barnes Wilson como compañero de trabajo en Lancaster Accounts, la empresa que me contrató durante mi estancia en Reino Unido. Era un tipo encantador aunque reservado. Tenía un carácter cálido y adoraba el sur de Europa. Conmigo se abrió rápido ya que, al ser español, se sintió atraído por mi acento y mis gustos. Me quedé más tiempo en Londres para mejorar el idioma y, gracias a Claudia, tuve que prolongar esa estancia más de la cuenta. Mucho más de lo que había planeado, lo que me obligó a buscar trabajo, piso y nuevas amistades. El aristócrata era mi único amigo en la oficina. Cada vez que otro compañero se aproximaba a entablar amistad, Wilson lo menospreciaba y lo alejaba de nosotros. Lo hacía a propósito, ya que huía de la opinión pública inglesa. Yo no contaba, ya que era extranjero. De aquella forma, me convertí en su confesor, su compañero de fatigas. Su hermano de borracheras.
Leer más «La herencia de los Wilson»