Buen Quaestor
Trino Espurio Boecio atravesó las fauces de la villa familiar lleno de alegría. Tras de sí, los esclavos cerraron el portón. De pronto, una lluvia de pétalos cayó del cielo, inundando el atrio principal de amarillo y rojo. La familia salió a su encuentro. Había acudido su tío Antonino con sus cuatro hijos varones. Su hermano Icastos lo abrazó mientras su hermana Freda esperaba el turno detrás de su tío y primos. Los padres, Espurio Boecio y Marcia Boecio, lloraban de alegría mientras se acercaban al primogénito.
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