Mientras dure la fiesta
La llegada de Arthur Borne fue discreta en un primer momento. Comenzó a ganar popularidad el día de la fiesta. El forastero, mil veces millonario, había convocado al pueblo en los jardines de su reciente mansión. Aquel edificio fue construido en tiempo récord. Durante semanas, cientos de albañiles, tres excavadoras y una grúa habían levantado aquel edificio. Para Arhur Borne, aquel esfuerzo económico era necesario. Debía complacer los caprichos de Lawrence.
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