Ensueño
–¿Qué tenemos aquí, Frank?
El agente John Keshner se acuclilló al lado de la cama donde yacía el obeso cadáver. Se había hinchado después de una semana. Los microfiltros evitaban que el hedor los incapacitara. Su compañero Frank Willis pasaba un escáner de mano por la escena del crimen. Las huellas digitales saltaban sobre la pantalla en verde, no había rastro de otras personas en aquella habitación. Tampoco habían encontrado nada en el resto del apartamento. Tenía contusiones en abdomen, brazos y piernas. Todas las contusiones eran subcutáneas.
–Parece que lo han golpeado hasta la muerte, John. El caso es que no hay marcas de impacto o heridas reventadas a pesar de estar molido. La puerta y las ventanas no han sido forzadas. No hay ADN extraño en la habitación, a parte del nuestro.
–¿Qué puede haber causado la muerte?
–A simple vista, una paliza bestial. El forense lo corroborará, supongo.
–Paliza, sí, pero ¿quién? ¿Cómo? ¿Por qué?
–Veo, John, que has empezado a sacar conclusiones.
–Más o menos, Frank. Ayúdame a aclararme.
–Si supiéramos quién, no estaríamos aquí obteniendo pruebas incriminatorias. El por qué… puede ser venganza o ajuste de cuentas. Hemos encontrado cien mililitros de Deterostromizol.
–Esa droga que se está poniendo de moda…
–Los efectos son sueños mucho más vívidos. Es una sustancia legal… por el momento.
–¿Efectos secundarios?
–Se desconocen, está en grado experimental.
–Entonces el móvil de la venganza o el ajuste de cuentas pierde consistencia…
–No necesariamente, es una droga legal cara y difícil de conseguir.
–Bien, supongo que uno o dos laboratorios podrán comercializarla, Gennix e Ínsula. Tal vez Haven.
–Los laboratorios Ínsula son los que distribuyen exclusivamente el Deterostromizol. Soy un genio, John.
–Venga ya, Frank… Sale publicidad por la Holonet continuamente.
–No me conecto a la Holonet.
-¿Me tomas el pelo? Todo el mundo se conecta a la Holonet.
– Está bien, me has pillado. Lo vi anoche en un add-in que se pegó a mi avatar. Laboratorios Ínsula te ayudan a soñar. Graban los sueños y te los venden junto a su reproductor neuronal.
–¿Qué más tenemos?
— No he examinado la habitación a fondo, he llegado cinco minutos antes que tú. Los chicos acababan de precintar la zona y tomaban declaración a la vecina.
–La que ha dado el aviso, supongo.
–Muy agudo, Keshner. ¿Ya tienes algo? -Frank no pudo evitar el tono irónico de su voz. A pesar de ser el más joven de los dos en el fondo sabía que John Keshner era un hombre astuto y con recursos. Mucho más maduro que Frank, rebosante de experiencia.
–No tenemos móvil del crimen. ¿Por qué ha muerto esta persona? Cuando tengamos la respuesta a esta pregunta, podremos solucionar el caso.
–¿Y qué pasa con el cómo? No sé tú, pero yo estoy intrigado. ¿Cómo cojones han matado a este tipo?
–Alguien cercano a él. Quizá buscaba la droga. Tal vez él le abriera la puerta y decidieran probarla juntos. Entonces el visitante simuló tomarla y esperó a que se durmiera este ceporro. Luego lo molió a palos y se llevó toda la droga exceptuando este frasco de cien mililitros.
-Buena reconstrucción, excepto por unos cuantos detalles que se nos escapan. –El agente Frank Willis manipuló el aparato con el que había escaneado la habitación y accedió a las cámaras de seguridad del edificio. –No vino nadie anoche. Los pasillos están vacíos.
-¿Por la ventana, tal vez?
-Lo estoy comprobando… No hay nada, voy a ver vía satélite… Se puede apreciar movimiento en la calle pero no parece que use nadie la escalera de incendio.
-¿Teletransportación?
–Vamos, John…
–Tienes razón, demasiado caro y retorcido… La droga; ha sido a través de la droga…- John se aproximó a la cabeza del cadáver y descubrió un dispositivo muy pequeño detrás de la oreja de la víctima. No emitía luz ni sonido alguno. Lo desactivó y se lo pasó a Frank. –Escanéalo. Quiero saber qué es.
-Un modelo Tron-KHTL. Ampiflica las hondas Delta y Theta del cerebro. Supongo que con la combinación de la droga tendría un viaje espectacular. Es también un registrador de sueños… Podemos verlo, estoy abriendo los ficheros. No hacen publicidad engañosa, por lo que veo…
El proyector holográfico de Frank mostró las imágenes oníricas que había disfrutado el cadáver antes de su muerte. Una orgía de placer gastronómico se pasó por el reproductor holográfico. Había potajes mezclados con tartas, helados con enormes pizzas. Todo ello en un fondo oscuro. Un camino blanco rompía aquella oscuridad, que era por donde avanzaba la víctima. Este crecía según terminaba de devorar el plato o postre que surgía ante él. La comida aparecía por la propia voluntad del soñador. Cuando no podía comer nada más, aflojaba los enormes glúteos y defecaba en cantidades titánicas. Todo lo que dejaba a su paso se convertía en un océano de mierda. Los dos agentes se sonreían y negaban con la cabeza. En un momento dado, el sueño cambió. Una figura amenazadora surgió de aquel mar de excrementos. Parecía un hombre. En un momento dado fue creciendo hasta hacerse tan grande como su víctima. El soñador notó la intromisión y creó su propia defensa. Unos pasteles cercanos se agrandaron y surgieron bocas y garras enormes de ellos, transformándose en monstruos. Entonces el intruso desapareció. De pronto, la escena cambió. Toda la comida se había transformado en monstruosos seres que se lanzaban sobre el gigante soñador. Los seres comenzaron a devorar a la víctima. Un análisis externo les indicó a la pareja de policías la concordancia entre los golpes recibidos en el sueño y la reproducción en el cuerpo de las lesiones. Coincidían en su mayor parte. Notaron que, a pesar de querer despertar, el soñador no conseguía hacerlo y estaba sufriendo una tortura agónica. Al final, su corazón se paró por el esfuerzo y el dolor.
–Ahí lo tenemos, Frank.
–No tenemos nada, John.
–Cierto pero podemos cercar al sospechoso. Solamente debemos interrogar a su círculo de amigos más cercano. Alguien con quien compartiera sus sueños.
–Lo tengo, según la Holonet pertenecía a Paisaje Onírico. Es una agrupación que quedan para soñar juntos.
–El que no se conecta a la Holonet… -John se fue hacia el salón de la vivienda. Curioseó por las estanterías y buscó en los cajones. Revisó las llamadas holográficas y guardó todos los contactos en su dispositivo con un rápido escaneo.
–Ya tenemos por dónde empezar: Charlie Garrison. Está en el registro de llamadas.
–¿Crees que es nuestro tipo?
-Sin duda.
–¿Por qué?
–Porque es el presidente de esta agrupación, consideraba a nuestra víctima molesta en extremo y pensó que su crimen quedaría impune.
–¿En qué te basas para decir esto?
–Ha habido otras muertes inexplicables, –John usó su propio proyector para mostrar una imagen holográfica congelada de la Holonet –esta chica murió por parada respiratoria. Pertenecía a Paisaje Onírico. Este otro hombre había sufrido fracturas por todo su cuerpo. Aquí tenemos a otro hombre, asfixiado también cuando intentaba tragarse la sábana. Todos pertenecían a Paisaje Onírico. Tenemos el patrón gracias a este último cadáver.
–¿Entonces…?
–Entonces te toca invitar a comer. Por la tarde detendremos a Charlie Garrison.
–Perdona, me he perdido algo… No tenemos nada contra él. No podemos demostrar estos asesinatos.
–Hay grabaciones y hay un Tron-KHTL involucrado en el proceso que registra todo lo que sueñas, supongo que en ambas direcciones… Si encontramos los sueños del señor Garrison se corresponderán con los de los asesinatos. Lo mejor es que no sabe que vamos a por él así que podemos lanzarnos sobre él cuando queramos, preferiblemente después de comer algo. Hoy invitas tú, novato.